El camino que me llevó hasta ti

El Poder de la Libertad en el Camino

Antes de leer el cuento

Doy gracias al camino que te llevó hasta mí. A las piedras que encontraste en el camino, a los obstáculos que tuviste que sortear, saltar o simplemente detenerte para pensar cómo superarlos. A las flores que brotaron para embellecer tu trayecto, a los árboles que te dieron sombra cuando el sol abrasaba, a la lluvia que limpió el polvo del camino, a las fuentes que saciaron tu sed. A la luna que iluminó tus pasos en la oscuridad. Al Sol que te dio calor y luz cuando lo necesitabas.

Imagen de Günther Schneider en Pixabay

Flores, Árboles y Obstáculos

Doy las gracias al camino que te trajo hasta mí.  Porque tú eras diferente cuando comenzaste a andar, porque tú no eres quien eres hoy. Sin esas flores, esos árboles, esas piedras, ese sol, esa luna, esa lluvia, esas fuentes que te hicieron crecer, aprender, superarte y mucho más, no serías quien eres, el que ha llegado hasta mí.

La Luna y el Sol en tu Trayecto

Bendigo al guijarro que se instaló en tu zapato. Te molestó y molestó hasta que tu única solución fue detenerte, porque de la molestia se convirtió en dolor. Se incrustó en la suave piel de tu pie, atravesando esa pequeña pero poderosa energía del dolor, cuya única solución es sacudir el zapato y liberarla, dejarla ir para que el dolor cese y puedas avanzar sin dolor y en total libertad. Cargar, aunque sea una pequeña y molesta piedra en el zapato, es cargar con algo que no te pertenece, porque esa pequeña piedra, ese guijarro, pertenece al camino, no a ti, no a tu zapato.

La Lección del Dolor y la Libertad

Agradezco una y mil veces a esa pequeña piedra que se coló en tu zapato, y a pesar de ser tan pequeña, protestó con toda su fuerza por el peso de tu cuerpo, haciendo que cada paso fuera más doloroso, despertando tu sensibilidad, tus sentidos, invocando al dolor. Hasta que llegó ese: “¡Basta!” que a ella le llegó igual que a ti, como señal de liberación. Ella fue libre y tú más libre, siguiendo tu camino. Bendita libertad que te trajo hasta mí.

Mi Propio Camino de Transformación

Imagen de Adam_Tumidajewicz en Pixabay

Agradezco una y mil veces a esa pequeña piedra que se coló en tu zapato, y a pesar de ser tan pequeña, protestó con toda su fuerza por el peso de tu cuerpo, haciendo que cada paso fuera más doloroso, despertando tu sensibilidad, tus sentidos, invocando al dolor. Hasta que llegó ese: “¡Basta!” que a ella le llegó igual que a ti, como señal de liberación. Ella fue libre y tú más libre, siguiendo tu camino. Bendita libertad que te trajo hasta mí.

El camino que te llevó hasta mítiene licencia CC BY-NC-ND 4.0.© 2 por Teresa San




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